¿Acaso no hay belleza
en el lento marchitarse
de las cosas,
otrora exultantes de vida?
¿Cómo no ser conmovido
por el fulgor del instante, eterno,
que no volverá nunca más?
El resplandor del otoño
precede la putrefacción silenciosa
en la que germinan las semillas
de una primavera, ya presente, mas
invisible aún.
Dokushô Villalba
14 nov. 2020
En la vida y en la muerte se encuentra la paz del nirvana.