Sentado en el trono
de la soledad aguardo
las sombras que ascienden
colinas boscosas
hasta que la oscuridad alcance
las cimas y todo sea ya
silencio.
Rey de la nada
la noche me encontrará
vacío y quieto.
Nada podrá borrar la sombra
que no haya borrado ya
la luz del tiempo
que todo lo gasta
y lo convierte
en niebla.
Tal vez no vea florecer
mañana
el ciruelo que planté
hoy.
Serán otros,
luz de un nuevo día,
los que serán deslumbrados
por la belleza de sus flores
y el dulce elixir
de sus frutos.
Otros que también
se sentarán en el trono
de la soledad aguardando
las sombras que ascienden
colinas boscosas
hasta que la oscuridad alcance
las cimas y todo no sea más que
silencio.
Dokushô Villalba, 24 Abril 2013
Todo sea ya,
Silencio
Rey
de la Nada.